Publicado el 17 de marzo de 2021
Rachel Kiddell-Monroe ha sido testigo de conflictos mortales y ha visto sus horrores de primera mano. El Premio a las Mujeres Distinguidas de la YWCA reconoce este jueves su implicación social y medioambiental, algo que la cooperante se apresura a compartir con sus compañeras.
“Es un trabajo de cooperación y de solidaridad”, dice, utilizando palabras recurrentes en su discurso junto a otras, sobre la empatía, humanidad y compasión. Porque son, más allá de las palabras, soluciones al odio y a la miseria. Y poderosos motores de cambio.
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Artículo original en francés